El uso de la tecnología en la primera infancia es un tema importante de pensar. La tecnología es una herramienta que continuará desarrollándose por lo tanto, será parte del desarrollo del ser humano. Así, es importante diferenciar el uso que se le puede dar a la tecnología del acceso a la misma, ya que el acceso es algo que quizá con el tiempo se vuelve más indispensable. Por eso, pretender alejarnos de esta realidad se hará cada vez más difícil e irreal.
Por el contrario, la tecnología puede ser un medio de entretenimiento, información y comunicación. Sin embargo, el uso, tiempo y objetivo que se le dé, determina de qué manera impacta en el desarrollo humano, sobre todo en la primera infancia. Por ejemplo, cuando un niño/a no tiene límites y/o supervisión con la tecnología pueden generar consecuencias inmediatas y a largo plazo como: disminución de la actividad física necesario para su cuerpo en desarrollo, a nivel de pensamiento es probable que esté expuesto a contenidos no adecuados a su edad, en su concentración, tener un campo visual reducido y en dos planos, distorsionará la percepción y reacción de su entorno. Emocionalmente también encontramos niños expuestos a pantallas sin control que no logran detenerse, que comienzan a hacer grandes desbordes emocionales al ponerles límites, recordemos que los niños pequeños no están en capacidad de regular este tipo de actividades. Es responsabilidad del adulto establecer las formas y los tiempos de uso dependiendo de la edad y objetivos. .
Pero, existen diferentes formas de acercar a los niños a la tecnología de manera progresiva y saludable. En el caso de los más pequeños se puede ir introduciendo las pantallas desde la más grande (como la TV), viendo películas en familia o compartiendo de manera interactiva con ellos. Otra forma de regular estos espacios es estableciendo una rutina (idealmente a partir de los 4 años), con un horario establecido.
También es importante cuidar el ejemplo que se les da a los niños/as sobre el uso de las pantallas. Pues, si durante los momentos que se comparte como familia, en las rutinas o en los de juego, los adultos están con pantallas, reemplazando la conexión e interacción, es probable que también los niños prefieran usar pantallas antes que jugar en el parque o con sus cuidadores. Un contexto así es riesgoso para un niño/a, ya que podría interferir con las áreas del desarrollo (expresión y comprensión del lenguaje, estado emocional, forma de pensamiento), etc.
Como hemos dicho, el uso de la tecnología será necesario para diferentes situaciones en el día a día y en la vida. Habrá momentos donde sea una herramienta útil para aligerar algún proceso complicado (una cita médica, un viaje largo). Por eso, será necesario ir comprendiendo que no está mal que pasen tiempo con la tecnología, en tanto esté siendo supervisado, acompañado bajo límites de tiempo y pertinencia. Pero, al mismo tiempo será necesario entender que las pantallas no deben sustituir los momentos significativos con los cuidadores, los espacios al aire libre, los momentos en familia, espacios donde se promueva la imaginación y el juego; elementos fundamentales para el desarrollo de los niños/as.
Psicóloga de Jacarandá
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