Cuenta MI historia, siendo la tercera y única mujer de cuatro hermanos, que el día que pedí a mi mamá ver mi álbum de fotos de bebé, estaba vacío. Tenía nombre, fotos impresas sueltas, mi muñequera del hospital y más nada. Mi cuarto hermano ni álbum tenía. Pasada la sorpresa, pude entender que buenas intenciones hubieron, pero la logística se hizo muy complicada para mis padres con 4 hijos muy seguidos.
Cuidar, criar, trabajar y hacerse cargo de la vida misma puede pasar por etapas realmente complejas cuando los hijos son pequeños.
En mi experiencia, he visto que las familias hasta con dos hijos pueden surfear con un poco más de eficiencia estas etapas, la naturaleza misma nos habla: Dos tetas, dos brazos, papá y mamá pareciera que es más simple hacerse cargo de dos pequeños. La llegada del tercero suele ser un terremoto para la familia: Ya no entran en el depa, ni en la mesa de la cocina y ahora falta una mano para atender al nuevo integrante de la familia.
Muchos cambios, nuevos aprendizajes, menos tiempo /más cansancio. Como todo momento de crisis , los primeros meses de la llegada del tercer hijo pareciera que estamos dentro de una licuadora encendida, donde todo está revuelto y sigue girando sin encontrar calma.
Y como siempre, cuando estamos dentro de una crisis pareciera que no hay luz al final del túnel.
Pero…. Sí que hay!
Pensaría que primero hay que apagar la licuadora y esperar a que las cosas se calmen. Los cambios, los procesos tienen su propio tiempo que no siempre es el nuestro.
Poder sostener esta etapa de mucho movimiento sabiendo que las cosas encontrarán su nuevo lugar es fundamental.
También sirve ( con 1, 2, 3 o más hijos ) pedir ayuda… Los contextos de soporte para la crianza ( familia, escuela o psicólogos ) son necesarios y útiles para estos momentos, preguntar, conversar, confiar en lo que otros nos pueden ofrecer, alivia la tarea.
También, tal vez ayude un poco, saber que a lo largo de la crianza habrán muchos momentos en que la prioridades cambian, los niños pequeños nos demandan desde el cuerpo, desde la presencia misma en los cuidados y poco a poco van creciendo y sus necesidades serán diferentes. Nuestra disposición también será otra, por eso la mirada sobre nosotros mismos y las decisiones que tomemos , es básica.
Asumir que no siempre vamos a tener tiempo para la vida profesional, social o incluso la pareja alivia mucho la culpa y nos ayuda a proyectar y organizar el futuro. Nada es estático ni definitivo y mientras más nos dejemos mecer por los cambios más fácil será la tarea.
Eso sí, el cuidado de los adultos es lo más importante… ¿Qué le podría yo dar a mis hijos si estoy frustrado, molesto o demasiado cansado?
Cuéntanos… ¿cómo te va en la crianza ?
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